Cualquier edificación o instalación que se construya debe cumplir con ciertas normas que están relacionadas con la comodidad, la higiene, el bienestar y, por supuesto, con la seguridad. Siempre es así, pero aún más cuando se trata de construcciones que están destinadas al trabajo o a la reunión de público. Siempre debe tenerse en cuenta lo comentado, con independencia de que se trate de un edificio público o privado. Ante la posibilidad de que en algún momento se produzca un fuego es necesario que se tomen ciertas medidas a nivel preventivo tanto para su prevención, como para su evacuación y extinción. Para conseguirlo, todos los edificios deben contar con los protocolos necesarios en cuanto a protección de incendios.

¿En qué consiste la protección de incendios?

Cuando se construye cualquier tipo de edificio se debe tener en cuenta un plan de emergencia en cuanto a protección de incendios.

Debe ser capaz de identifica y evaluar los riesgos, conocer los recursos con los que se cuenta, diseñar un plan de evacuación e informa a quienes se encuentran en su interior de en qué consiste.

De este tipo de planes de protección de incendios debe ocuparse una persona que esté capacitada para su elaboración. Este protocolo se ocupa de toda la reglamentación existen para evitar esta clase de incidentes. Desde el uso que se debe dar a las instalaciones, a los equipos que se tienen que instalar o la propia construcción.

Los planes de protección de incendios tienen estos objetivos:

Evitar que ocurra ningún incendio.

Y en caso de que haya, garantizar
la evacuación de todas las
personas presentes.

Luchar para que el incendio
no se extienda.

Y evitar los efectos de los gases
tóxicos.

Dar prioridad a todas las acciones para apagar el fuego.

E intentar que el fuego no dañe de manera irreparable las instalaciones.

¿Cuáles son los niveles de protección de incendios?

Existen tres niveles de protección de incendios:

PREVENTIVA

Se estudian los riesgos de incendio como consecuencia de las actividades que se realizan en el edificio. Se comprueba las instalaciones de electricidad o de gas. Las chimeneas o los hornos. También si se trabaja con sustancias que se puedan inflamar. Además, se analiza la resistencia de los materiales al fuego. En general se evalúa cualquier factor que pueda originar un fuego. El estudio de todos estos factores permite tomar medidas para luchar contra los incendios.

PASIVA

Su fin es intentar adelantarse a que se produzca el fuego. Toma todas las medidas que sean necesarias si el incendio se llega a producir. Lo importante es que las personas que se encuentran en el edificio sean evacuadas cuanto antes. Además, es preciso controlar los efectos negativos de los gases tóxicos. También controla en todo momento que no peligre a nivel estructural el edificio.

ACTIVA

La protección activa de incendios se pone en marcha cuando empieza el fuego. Su propósito es apagar el incendio y minimizar los daños que este pueda causar.

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